Hace tiempo que tenía ganas de escribir un post acerca de la gente egoísta que saca un libro de la biblioteca de la facultad, y en vez de devolverlo cuando debe, se lo queda hasta que termina de estudiar para el parcial, o hasta que se acuerda de tomarse dos segundos para pasar por ahí a retornarlo, perjudicando a decenas de estudiantes que, como él/ella, no tienen otra manera de acceder a esos libros. "¡Hay que ser forro!¡Una semana de suspención no es suficiente castigo para estos hijos de puta que se recagan en sus compañeros!", pensaba yo... hasta que al volver del campo el otro día me dí cuenta de que el libro de Cálculo Vectorial que me prestó la biblioteca había estado tirado arriba del televisor por más de dos semanas.
Así que... ejem... ¿no sería buenísimo que bajaran la suspención del carnet por devolución tardía de libros a dos días, en vez de a una semana? De verdad necesito sacar otro libro...
La idea era simple: cargamos en el auto algo de comida, algunos juegos, una muda de ropa, y las perras, y nos vamos 3 días al campo de mi tío en Baradero. ¿Cómo fuimos tan idiotas de no fijarnos bien el pronóstico del tiempo antes de salir? Nunca lo sabremos. La cuestión es que 3 días se transformaron en casi 1 semana cuando después de un domingo y un lunes de lluvia y más lluvia el camino de tierra que lleva al campo se tornó totalmente intransitable.
En el campo no hay electricidad; el pueblo más cercano está a 8 kms, así que estábamos nosotras dos solas la mayoría del tiempo; después del 2do día se acabó el gas que alimentaba el calefón y la cocina; hubo una noche que jamás olvidaré en la cual nos vimos forzadas por el hambre a prender un fuego con leña mojada y piñas, bajo una llovizna que no paraba, y cocinar un poco de arroz ahí; al 3er día se tapó el inodoro del baño, y como no pudimos destaparlo solas y nos daba vergüenza pedir ayuda porque había un "regalito" que no se iba ahí adentro, tuvimos que "hacer" afuera; casi morimos ahogadas varias veces por el humo que invadía nuestro cuarto cuando prendíamos la salamandra para no recagarnos de frío a la noche; nos pasamos como 4 días sin bañarnos hasta que la grasitud de nuestro pelo nos llevó a tomar medidas extremas (léase: lavarnos el pelo afuera -al sol o sino moríamos de una pulmonía- con una manguera, el agua congelada por que hacía muuucho frío, mientras los peones que estaban lavando el tractor a unos metros nos miraban y se recagaban de risa). Después de este diálogo memorable:
- Che, boluda, mirá! Me salió un lunar nuevo acá en pecho... que loco, ayer no estaba ahí.
- Eso no es un lunar, es mugre, Maru.
... decidimos aceptar la oferta de Pablo (el peón a cargo del campo), de calentarnos agua en una olla en su casa para lavarnos un poco el cuerpo.
Por suerte todo esto nos lo tomamos con un excelente humor, y vivimos cagándonos de risa de todo; las perras (especialmente la mía) se enloquecieron con el campo y lo disfrutaron al máximo. Hoy nos tocó emprender la vuelta en el medio de la noche (tras un llamado telefónico -malditos celulares con los que te localizan hasta en el culo del mundo hoy en día- de los padres de Maia que querían el auto de vuelta en Baires el Viernes a las 6 de la mañana sí o sí); los 3 kms de camino de barro hasta llegar a la ruta fueron como un rally (solo que no en un auto bien equipado sino en un Fiesta - imagínense). Si bien estoy contenta de estar en casa, tengo que admitir que me dío un poquiiiiito de pena tener que irme, pero bueh, no faltará oportunidad de volver (eso sí, la próxima vez ni en pedo nos olvidamos de fijarnos como va a estar el tiempo...)
Hace poco tuve la siguiente conversación con mi amiga Maia:
- ... bueno, estábamos ahí, dándonos unos besos, todo re bien, y el chabón me dice "me gustaría hacerte el amor".
- ¡JA! ¿Eso te dijo? ¡Qué aparato!
- Si, ¿no? Recién me conocía. Re desubicado el pibe, ¿cómo me va a decir eso?
- ¿Qué tiene que recién te haya conocido? No me refería a eso. Me refería a la forma en la que te lo dijo. ¿Cómo te va a decir que te quiere hacer el amor?
- ... no entiendo, ¿qué tiene de malo la forma en la que lo dijo?
- ¡Tiene todo de malo! Si a mi me dice eso un pibe, me le cago de risa en la cara.
- ¿Qué, preferís que te diga "te quiero coger"?
- Y... si.
- ¡¡Ayy, Maru!!
Estábamos hablando por teléfono, pero aún así pude ver la cara de horrorizada de Maia tan bien como si la hubiera tenido en frente mío. Ahora, yo pregunto: ¿qué tiene de malo que yo prefiera que me digan que me quieren coger antes de que me lo adornen innecesariamente con mentiras? Está bien, tal vez la palabra "coger" es un poco chocante para algunas minas; entonces que usen "garchar", "acostarme con vos", "tener sexo", o algo parecido, pero no "hacer el amor". Tal vez lo podría llegar a tolerar si me lo dice alguien a quien amo, y que sé me ama a mi también (aunque igual creo que me sonaría medio pelotudo - y aparte me calienta mucho más que sean medio guasos a que se pongan todos románticos), pero si te acabás de conocer, o te estás conociendo con alguien, ni en pedo es amor lo que se siente, a mi que no me jodan. Si te gusta pretender que lo es, allá vos; para mí es infinitamente preferible una tremenda guasada, que palabras bonitas, pero totalmente vacías.
Un jabón lila con forma de pato, del baño de la casa de mi tía. Un perrito de plástico que venía con el establo de los sueños de Mi Pequeño Pony, de la casa de una amiguita. Un paquete de Bubblicious de uva, un vaso gigante de Los Simpsons, dos Yapas, un chicle Girafa, unas Gotitas de Amor, y unas tentaciones Mouse de Chocolate, de un kiosko. Un palo de hockey, del vestuario del campo de deportes del colegio. Un par de sweaters y una bufanda que no eran míos, del "Lost and Found" del colegio. Dos aros (desparejos), un anillo, dos pulseritas (una enchapada en oro y otra de plástico), una hebilla verde y un ganchito azul, de un negocio que vendía todas esas estupideces. El librito que venía adentro del CD de Big Ones de Aerosmith, de la casa de una conocida. Un libro que me habían pedido para Natural Economy, del stand de [insertar nombre de conocida librería aquí] de la feria del libro que iba a mi ex-ex-ex-colegio todos los años. Guita, de la billetera de mi vieja (como un millón de veces).
... y estas son sólo las cosas que recuerdo haberme robado en el transcurso de mis 24 años. Estoy segura que hay más de una memoria poco halagadora que mi cerebro decidió bloquear.
Por favor no llamen a la policía, juro que ya me reformé.
Algunos comentarios sueltos después de haber visto Troya ayer:
- Increíble como me pasé toda la vida pensando que sabía bien la historia del caballo de troya y del talón de Aquiles, cuando en realidad no sabía un carajo... creo que hice bien en no anotarme nunca para concursar en El Imbatible.
- ¿Por qué no nací tan linda como Saffron Burrows o como la mina que hace de Helena de Troya? Quiero un transplante de genes urgente.
- No puedo creer que voy a decir esto, ya que generalmente prefiero mil veces a un morocho que a un rubio, pero Orlando Bloom sin el pelo largo y rubio de elfo pierde gran parte de su encanto (pero no todo), y su personaje en esta película, Paris, es un cagón y un pelotudo que no me gustó para nada. Ok, al final tuvo un momento reivindicador, muy "Legolas", con el arco y flecha, pero no fue suficiente para mi. Sin duda alguna, me gustó muchísimo más en LOTR.
- Jennifer Aniston es una suertuda de mierda. Qué increíblemente bueno que está Brad Pitt en esta película, por dios. No hay una sola escena en la que no haya sentido la necesidad urgente de arrojarme sobre la pantalla y hacerle cualquier cantidad de cosas imposteables; y los que hacían de Patroclo y Héctor tampoco se quedaban atrás...
El cine, repleto. Un prolongado momento de silencio donde se podía haber escuchado caer un alfiler, mientras la audiencia espera espectante la lucha por Troya entre el ejército de Agamemnon y el de Héctor... y de repente ese ruido:
GRRRRRRRRIIIIIIUUUUUUUUUUURRRRRRRRRRRR
... y todas las cabezas giran hacia su lugar de origen.
Bueno, che, dejen de mirarme. No tuve tiempo de almorzar y la pelicula dura 3 horas. Give my stomach a break, will you?
Uno de estos días juro que le hago un monumento al ácido acetilsalicílico, al chaboncito que se le ocurrió empastillarlo para poder distribuirlo al público en general, y al ampm de la estación de servicio que está a 6 cuadras de casa por estar abierto un jueves (bah, viernes) a las 3 de la mañana.
Benditas aspirinas, ¿qué haría yo sin ustedes?
Claaaaaaro. Ahora que mi ojo está mejor, y sé que tengo que ponerme a estudiar para el parcial del martes, se me ocurre andar posteando por acá y por allá, y también ponerme a jorobar con las templates del blog.
Marina: 0
Autosabotaje: 1.000.000
Evidentemente, no aprendo más yo.
Cuando tenía 13 años encontré una gilette en un sandwich de hamburguesa con lechuga que me había hecho mi vieja.
- ¡MAMÁAAAAA! ¡Mirá lo que encontré en mi sandwich! ¿Me querés matar vos?
- ¡Mi gilette! La estuve buscando por todos lados... ¿en tu hamburguesa estaba? Jaja, qué gracioso. Jajajajaaaa....
Ese fue el día en el que decidí aprender a cocinar y de ahi en más hacerme mi propia comida.
---
Post editado a pedido de Federico.
What I could've done, where I could've been
When I should've gone, why I should've seen
Who I would've loved, how I would've dreamed
And if it's always, always too late...
And every day that I let slide
Is one day more I never try
To break the world
To make my fate
And with every day that I let go
It's one day less I never know
If it's always, always too late.
* The Cure - Spilt Milk